El Steampunk, esa corriente retrofuturista donde los zeppelines y los robots a vapor
están a la orden del día, tiene cada vez más fans. Pero algunas de las
invenciones que hemos podido leer en libros o cómics no son tan
originales. Muchas tuvieron una base real.
En el siglo XIX, y especialmente en unos EE.UU. envueltos en una guerra civil, se crearon todo tipo de armas para dar ventaja a uno u otro bando. Algunas de ellas se quedaron en meros prototipos.
Como éstas: aquí os traemos una pequeña lista con las 6 armas más extravagantes del siglo XIX, más peligrosas para sus usuarios que para el enemigo.
1-El cañón doble
¿Quién lo inventó? John Gilleland, dentista.
¿Cuándo lo inventó? En 1862.
¿Era un arma letal? La idea parecía estupenda: unir dos cañones de 3 kilos que podían ser fabricados, transportados y disparados simultáneamente. El concepto era, atención, disparar una doble bala, unida por una cadena, que arrasaría con las tropas enemigas.
¿Qué salió mal? Resultó
que, en la práctica, todo eso de la “bala-cadena” era una idea nefasta:
una bala salía antes que la otra, la cadena se rompía, los proyectiles
tomaban rumbos impredecibles… las pruebas demostraron ser un fracaso y
el bando Confederado no se interesó por el invento, que acabó en un
museo.
2- La pistola de vapor de Winams
¿Quién? El proyecto
inicial estaba a cargo de Ross Winams, constructor de locomotoras e
inventor de Baltimore. No lo terminó: el primer prototipo operativo lo
construyeron William Joslin y Charles S. Dickinson en Ohio.
¿Cuándo? 1861.
¿Era un arma letal? El proyecto de Winams no sonaba mal para una época fascinada con las locomotoras: la pistola automática funcionaba a base de vapor y estaba montada sobre un carruaje acorazado.
La idea es que funcionara sobre las vías del tren, y usara el vapor
tanto para disparar como para moverse. Podría disparar balas de cañón de
45 kilos o balas convencionales.
¿Qué salió mal? Winams
era un activista pro-confederado que pretendía usar el invento para
defender Baltimore. La prensa vendió el invento como una super-arma que
provocó su arresto por las actividades locales. Una vez confiscado el armatoste, Dickinson se encargó de retirar algunas piezas para que nadie pudiera utilizarlo.
3- Fuego griego solidificado
¿Quién? Levi Short, un inventor de Philadelphia
¿Cuándo? 1863.
¿Era un arma letal? La
idea de un lanzallamas se remonta a los antiguos griegos, que tenían
una fórmula secreta para crear el llamado “Fuego griego” que ardía con
el contacto, de manera similar al NAPALM actual. La fórmula se perdió…
pero Short inventó algo parecido: una solución de fósforo con bisulfito
de carbono. El mismísimo Abraham Lincoln mostró su interés por el producto y consiguió que Short pudiese hacer una demostración a las autoridades.
¿Qué salió mal? La fórmula de Short era muy inestable.
A veces explotaba mientras estaba almacenado, otras explotaba apenas
había abandonado el cañón y otras… ni explotaba. Tras usarlo en un par
de escaramuzas navales, los militares perdieron el interés en el
invento.
4- El globo bombardero
¿Quién? Charles Perley, inventor de Nueva York.
¿Cuándo? 1863.
¿Era un arma letal? En
la guerra civil se llegaron a usar globos, pero únicamente para
misiones de espionaje y reconocimiento. Su poca maniobrabilidad y
fragilidad los hacía poco idóneos para misiones de combate tripuladas.
La intención de Perley: cargarlos de bombas y hacerlas caer mediante una pequeña explosión con un temporizador.
¿Qué salió mal? El
globo estaba totalmente a merced del viento. Como causa de esto, los
temporizadores solían explotar antes o después de alcanzar su objetivo.
5- El rifle con rueda
¿Quién? T.P. Porter.
¿Cuándo? 1850.
¿Era un arma letal? Se trataba de un primitivo rifle de repetición, con la idea de poder disparar varios tiros sin tener que recargar. El mecanismo inicial era el de poner la munición en una rueda que iba girando a medida que se disparaba, y preparando el siguiente proyectil en la recamará.
¿Qué salió mal? El
utilizar una rueda para hacer rotar la bala significaba que siempre
había al menos una bala apuntando al operador del arma. Normal que el
personal se pusiera nervioso: una leve explosión mandaría al usuario,
como mínimo, al hospital.
6- La pistola-armónica
¿Quién? J. Jarre, inventor francés
¿Cuándo? 1859.
¿Era un arma letal? Lo
de la rueda no prosperó, pero a este francés se le ocurrió una manera
mejor de eliminar la recarga de las armas de fuego: la que estáis viendo
en la foto. El ingenio permitía preparar un disparo de manera rápida:
sólo había que empujar el cargador de derecha a izquierda.
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